Bonares es Rocío

Punto de encuentro para tod@s l@s que sueñan, viven, anhelan y disfrutan de las cosas del Rocío y de la Hermandad de Bonares.

miércoles, 2 de marzo de 2011

EL CAMINO

Cada año Bonares renace en primavera, para compartir la Santa Cruz, fruto de nuestra redención con la devoción rociera, tan arraigada en todos los bonariegos. Todas las flores son pocas para ofrecérselas a la Madre de Dios. Por sus calles y sus plazas se respira aroma rociero. Bonares se engalana y se lanza camino del Rocío, como si la Virgen llamara a cada uno de sus hijos rumbo a la aldea almonteña.

Bonares ya no pasa por Almonte en su peregrinar rociero y al no recorrer nuestro camino se hace realidad la antigua copla que compartimos

Hemos ido al Rocío
sin encontrarnos
tu por los Taranjales
yo, por los Llanos.

Es triste sino
tener siempre distantes
nuestros caminos.


La Hermandad de Bonares sigue el mismo camino desde el año 1992. El jueves anterior al domingo de Pentecostés sale la Corporación a las nueve de la mañana del templo parroquial de la localidad. Los corazones de todos los rocieros laten con fuerza, ansiosos de presenciar la bella imagen de la Blanca Paloma en su santuario de la aldea almonteña.

La comitiva se dirige al Corchito, un paraje hermoso pleno de pinares donde también se celebra la romería de Las Cruces. Allí se celebra a las diez de la mañana, una misa celebrada, en la que canta el coro, a la que asisten numerosas personas. Una vez finalizada la eucaristía, tras rezarle una salve, comienza realmente el camino, con la particularidad de que la carreta del Simpecado, a diferencia de otras hermandades, va delante de la caravana y marca el rumbo hasta el Rocío. El camino es una sucesión de lugares con esencias rocieras: arroyo de Moriana, cruce de la Vaqueriza, carretera de la Teja, la Lentisquilla, el Bajo de las Calderas...

La Hermandad de Bonares hace una parada para almorzar en Los Pilones y merienda en La Casa del Canelo. La alegría se desborda, los cantes y los bailes salen de las gargantas, la emoción se incrementa... pues la Virgen está cada vez más cerca. La Corporación entra en el Rocío por la noche, hacia las diez y media. La carreta del Simpecado, que abría la marcha, se para en el Eucaliptal. Todo el mundo avanza y espera a pie en la casa hermandad a que llegue el Simpecado y sea colocado en la capilla.

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