Bonares es Rocío

Punto de encuentro para tod@s l@s que sueñan, viven, anhelan y disfrutan de las cosas del Rocío y de la Hermandad de Bonares.

domingo, 20 de mayo de 2012

PENTECOSTÉS, FALTA UNA SEMANA

A una semana solamente del Domingo de Pentecostés, a siete días para que el Real se convierta en el mayor retablo al aire libre que se haya visto nunca, a siete días de que los nervios se pongan al borde de un precipicio anhelando la salida de la Virgen del Rocío, escribo la editorial de este domingo. Un editorial que, sin querer, me hace pensar en el Rosario de Hermandades, me lleva a imaginar cómo se verá de hermosa la cara de la Virgen cuando, llegados rocieros de todos los lugares del mundo, Ella esté preparada para dejarse llevar por sus hijos almonteños allá adonde ellos la lleven. Pienso en el Rosario, como pienso en la Misa del Pontifical, doy saltos con el pensamiento de un lugar a otro y se me acelera el alma porque no queda nada para el Domingo de Pentecostés. Muchas Hermandades siguen su camino, andan sus veredas, surcan los mares de arena o forcejean con las vicisitudes de la senda, pero siempre superándolo todo con alegría para llegar a la meta soñada. No sé si usted, que ahora me lee, ha reparado en esta realidad, si quizá al leer estas líneas, se pondrá como yo, nervioso o nerviosa perdidamente, sin poder frenar esos latidos apresurados que no molestan, simplemente ilusionan y nos llenan los días de esperanza. No sé si usted está contando los días como yo los cuento, porque yo no hago sumas ni restas para saber cuánto falta para hacer el camino, mi cuenta sólo se fija en Ella y en su procesión por las calles de la Aldea, lo más importante de cuanto vivimos en la Romería. Sin restarle una pizca de importancia al camino, pero dándole a Ella y sólo a Ella el único protagonismo, porque es la única protagonista del Rocío. Por si acaso sus nervios le equivocan, yo le recuerdo que sólo falta una semana, sólo siete días para el Domingo de Pentecostés. A una semana solamente del Domingo de Pentecostés, a siete días para que el Real se convierta en el mayor retablo al aire libre que se haya visto nunca, a siete días de que los nervios se pongan al borde de un precipicio anhelando la salida de la Virgen del Rocío, escribo la editorial de este domingo. Un editorial que, sin querer, me hace pensar en el Rosario de Hermandades, me lleva a imaginar cómo se verá de hermosa la cara de la Virgen cuando, llegados rocieros de todos los lugares del mundo, Ella esté preparada para dejarse llevar por sus hijos almonteños allá adonde ellos la lleven. Pienso en el Rosario, como pienso en la Misa del Pontifical, doy saltos con el pensamiento de un lugar a otro y se me acelera el alma porque no queda nada para el Domingo de Pentecostés. Muchas Hermandades siguen su camino, andan sus veredas, surcan los mares de arena o forcejean con las vicisitudes de la senda, pero siempre superándolo todo con alegría para llegar a la meta soñada. No sé si usted, que ahora me lee, ha reparado en esta realidad, si quizá al leer estas líneas, se pondrá como yo, nervioso o nerviosa perdidamente, sin poder frenar esos latidos apresurados que no molestan, simplemente ilusionan y nos llenan los días de esperanza. No sé si usted está contando los días como yo los cuento, porque yo no hago sumas ni restas para saber cuánto falta para hacer el camino, mi cuenta sólo se fija en Ella y en su procesión por las calles de la Aldea, lo más importante de cuanto vivimos en la Romería. Sin restarle una pizca de importancia al camino, pero dándole a Ella y sólo a Ella el único protagonismo, porque es la única protagonista del Rocío. Por si acaso sus nervios le equivocan, yo le recuerdo que sólo falta una semana, sólo siete días para el Domingo de Pentecostés. Escrito por Dirección Periódico Rociero / Francisca Durán Redondo / Jerez

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